La minería ha sido protagonista de la
senda de crecimiento que ha tenido la economía chilena en las últimas
décadas. Luego de una producción de cobre estancada en torno a 1,4
millones de toneladas anuales durante los años’80, en la década
siguiente se observó un crecimiento sostenido, alcanzando más de 4
millones de toneladas. Posteriormente ese crecimiento continuó, aunque a
menor ritmo, y en los últimos años la producción se está acercando a 6
millones de toneladas anuales. Esto ha permitido que Chile pase a
representar desde un 16% de la producción mundial antes de los ’90 a un
32% en años recientes, y un 30% durante el 2015.
Cabe destacar que el crecimiento se
observó tanto en la minería privada de capitales extranjeros y capitales
nacionales, como en la minería estatal, dando origen quizás al caso más
notable de convivencia entre los tres modelos de propiedad.
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